La llegada del Foro OCDE a Barranquilla tuvo un efecto directo en la economía local: según cifras oficiales, el evento generó un impacto de COP 11.000 millones y activó la creación de 5.400 empleos directos e indirectos.
Con una ocupación hotelera que superó el 75 %, la ciudad experimentó un auge en servicios, transporte y gastronomía. Hoteles, taxis, restaurantes, proveedores de eventos y hasta ferreterías se vieron beneficiados.
El análisis de Impactur y datos del Observatorio Turístico destacan que cada delegado dejó un promedio diario de COP 3,5 millones, dinero que circuló en pequeñas y medianas empresas.
Los emprendedores locales también sintieron el beneficio: cooperativas de alimentación y asociaciones campesinas tuvieron pedidos constantes para pequeños eventos paralelos. Además, la Cámara de Comercio informó un aumento del 12 % en ventas de servicios B2B durante los días del foro.
Así, la OCDE no solo trajo ideas globales: también dinero real que impulsó sectores claves, como el turismo de reuniones, la agenda de sostenibilidad urbana y el posicionamiento de Barranquilla como ciudad anfitriona.